domingo, febrero 18, 2007

LA PENÉLOPE DE SERRAT



"Penélope, con su bolso de piel marróny sus zapatos de tacón y su vestido de domingo.
Penélope se sienta en un banco en el andény espera que llegue el primer tren
meneando el abanico. Dicen en el pueblo que un caminante paró su reloj
una tarde de primavera.

«Adiós amor mío no me llores, volveré antes que de los sauces caigan las hojas.
Piensa en mí volveré a por ti...» Pobre infeliz se paró tu reloj infantil
una tarde plomiza de abril cuando se fue tu amante. Se marchitóen tu huerto hasta
la última flor. No hay un sauce en la calle Mayorpara Penélope.

Penélope, tristes a fuerza de esperar, sus ojos, parecen brillar
si un tren silba a lo lejos.

Penélope uno tras otro los ve pasar, mira sus caras, les oye hablar,
para ella son muñecos.
Dicen en el puebloque el caminante volvió. La encontró
en su banco de pino verde.

La llamó: «Penélope mi amante fiel, mi paz, deja ya
de tejer sueños en tu mente,mírame, soy tu amor, regresé».

Le sonrió con los ojos llenitos de ayer, no era así su cara ni su piel.

«Tú no eres quien yo espero».

Y se quedó con el bolso de piel marrón y sus zapatitos de tacón
sentada en la estación." SERRAT


Las distintas versiones del mito de Ulises que con profusa insistencia se han hecho, inciden en el paso del tiempo. El caminante ha ganado experiencia en sus aventuras, es otro hombre del que antaño se despidiera de Penélope. Ni él es el mismo ni el hogar que dejó es tan siquiera similar. La Odisea cuenta que el paso del tiempo ha mellado tanto que no hay vuelta atrás. Pero para Serrat el tiempo se detiene en Penélope, nada fluye y todo es estático. Nada ha de cambiar en su percepción de las cosas.

Pero ¿quién carajo es esta mina, quien es Penélope? Bolsos marrones o mochila, zapatitos de tacón o zapatillas de tennis, vestidos de domingo o ajustados corpiños de spining, qué más da. Andenes o patios interiores de columnas invertidas, trenes o transmilenios, abanicos o meticol. El caso, lo verdaderamente importante, es la inmovilidad de Penélope. Por ella no pasa el tiempo y el espacio es siempre el mismo, incluso sus ojos están inmersos en el ayer y no conoce ningún cambio; el Caminante paró el reloj de su vida cuando partió.

"No hay aventura corta, que cuanto mayor el camino más grandes son los avatares"

Mientras que el Caminante hace su camino Penélope solo teje: sueños, la Penélope de Serrat es tan vegetal como los sauces que la rodearon en algún momento y que ya ni siquiera ve, símbolos como eran del regreso. Si los hubiera visto el fin sería otro muy distinto.

El nostos, la vuelta del caminante ya no significa nada. No hay futuro para Penélope, solo pasado.

Curioso es que Serrat, contraponiendo la marchitez del mundo que rodea a Penélope, utilice la viveza del verde para referirse al banco, único compañero de Penélope y a lo mejor una botellita de Gin. Sigue ahí, viva, vibrante, esperanzadora; ya pasó el estío y atrás quedó el invierno. En ciclo vital renueva una primavera que Penélope trunca y de la que sólo conserva el color de la esperanza. Al final, la que no sobrevive al tiempo es ella, ella por la cual no pasaron los días, ella que estaba anclada en un Abril y no fue capaz de sentir el otoño para ver nacer otra primavera.

No vio las hojas de los sauces caer, no descubrió que tras la caída llega el renacer, no percibió su propia decrepitud ni la de su huerto. Había visto pasar trenes, o pretendientes... qué más da.

Y ahora, cuando ve llegar al Caminante, no le quiere reconocer. Cualquier tiempo pasado fue mejor, o eso dicen; la Penélope de Serrat es algo que no duda, de hecho no puede dudar... no hay alternativas temporales.

Pero la verdadera fuerza de la canción estriba en Joan Manuel y en su voz, en la música y en el increscendo de la canción. Las notas emotivas están en su interpretación. Así cuando el Caminante acude a la estación, dichoso por el regreso y jubiloso por la perspectiva de la paz, emoción de alegría plena que tan bien nos transmite Serrat, le contesta una ingrávida mujer anclada en su locura que no nos hace sentir más que lástima. El happy end se esfuma, en este caso solo percibimos la cara alelada que se le tuvo que quedar a este Ulises escuchando a la anacrónica mujer melancólica en la que se había convertido su Penélope.




3 Comments:

Blogger angeldreams said...

Pocas veces me encuentro con crónicas brutales y hermosas como si se tratara de un relato ruso.
Con esta lectura recuerdo las tardes de tennis y de charlas al rededor de una taza de café en tu compañía querido amigo.
En el club centro italiano y en los círculos en que nos movemos aquí en Bogotá,gozas de una muy justa acogida por quienes te escuchamos atentos conversar y con la misma maestría dominas la prosa en tus escritos.
Un placer escucharte.
Un placer leerte.
Una fortuna tu amistad.

8:26 a. m.  
Blogger ALBERTSUITE DIAGO said...

Debo confesar que me gustan las razones que argumentas para concederme este honor. Se desprenden de ellas que te caigo bien y que ha sido una amiga la que me festeja. Probablemente, las virtudes que me atribuyes son algo exageradas. Pero digo yo que me siento muy halagado de que me lo agradezcas.

La gratitud no es una virtud frecuente; más bien lo contrario. Estamos llenos de gentes que se esfuerzan por contribuir en una actividad, y no han recibido a cambio si no ingratitud, desconocimiento y desplantes de sus contemporáneos. Percibir que la gente que queres te quiere, más que un mérito es una bendición. Y hoy es mi caso.

Me complace que hayas valorado esta crónica que para mi es mas que una canción es la necesidad de compartir un mensaje que Serrat sembró en mi mente hace veinte años y que hoy la puedo disfrutar, entender y digerir con vos, con un amiga de mente extensa al igual que su cultura y se me hizo urgente interpretarla. Además de algunas otras cosas, es una forma de acceder al conocimiento gracias a vuestro interés por la música y sus orígenes Seguí publicando e investigando y Yo seguiré contribuyendo.

Probablemente, a lo largo de mi vida no intente tratar de hacer de la palabra un oficio y ganarme la vida, pero si este esfuerzo es valorado y además logras que te quieran los amigos, esta es la única acumulación que merece la pena en la vida y por la que no pagas impuestos.

Un placer publicarte Ángel.

3:02 p. m.  
Blogger tatiana blanco said...

PAso a dejarte mis saludos

10:53 p. m.  

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