BUENOS AIRES, HORA STONE (Segunda Parte)

21/2/2006, Buenos Aires.

22:30 Mick Jagger salta de nuevo al escenario, esta vez con la camiseta de la selección Argentina ¡delirio total! los vasos de Coca Cola vacíos no eran buenos para derribar las chicas que están sobre los hombros de sus novios. Los mejores proyectiles eran las botellas de agua mineral de medio litro (habian de quilmes pero no tampoco). Cuando las minas sienten el impacto comprenden que deben bajarse para que podamos observar el show quienes estamos detrás. Mi puntería fue buena. Por eso puedo apreciar el momento en que Micky se sienta al piano para cantar Worried About You.
En el medio de Midnight Rambler, Keith se apoya sobre el hombro de Mick. La pantalla gigante registra la escena y el estadio se paraliza y tiembla. El público en una ovación aislada rinde tributo al guitarrista Stone arrebatándole por varios minutos la subyugación a la que Jagger nos tenía sometidos, Mick observa con emoción como el público entona un canto Maradonesco y aclama a Keith con un “Ole Ole Ole Ole”… Richards! Richards! este se derrumba ante sus fieles; de rodillas y lagrimeando el Bad man de la banda se entrega a sus súbditosnos envía besos y abrazos sellando para siempre este romance en uno de los momentos mas emotivos de la sublime noche.

Estaba empapado de sudor, las manos me dolían de tanto aplaudir y mi garganta ya era estéril de tanto avivar y cantar, me estaba debilitando y mis temas preferidos no aparecían nada de Wild Hourses, Waitting for a Friends y Fool To Cry , pero de pronto el escenario se empezó a mover hacia nosotros a través de un puente de mas de 60 metros de largo cruzando la cancha de River al mejor estilo de Cannigia y cuando mas se nos acercaba menos me podía sostener en la grama y entonces mis pies perdieron voluntad la gente se amalgamo y como un Tsunami nos arrastro al epicentro del fenómeno, al escenario. Aun recuerdo como pasaron Anna y Lucho como muñecos de papel en un vértigo increíble e incontrolable, Los Stones estaban más cerca que nunca y esa imagen que de adolescente solo pude ver en las carátulas de los discos y en videos para Betamax, eso que era un imposible e inalcanzable se hizo realidad, hice contacto visual con Mi sueño ¡Aleluya, aleluya, aleluyaaaaa!.
Mick Jagger está desaforado devolviendo las remeras sudadas, empapadas, que le arroja el público . Afuera, la policía sigue reprimiendo a los miles de pibes que trataron de pasar sin entrada.
Después de la secuencia de súper clásicos que termina en Satisfacción, aparecen los saludos a la gente, estallan los fuegos artificiales y la lengua roja que lame la pantalla gigante anuncia que todo terminó.

TO BE CONTINUED....